La microsegmentación es una técnica que consiste en fragmentar el mercado en pequeños nichos con características similares como edad, sexo, lugar de residencia, intereses, etcétera. Por muchos años se ha utilizado en las estrategias de publicidad y marketing de las empresas y ha adquirido mayor importancia por el gran éxito que genera.
Poco a poco ha ganado terreno en el ámbito político y, para quienes entienden su importancia, se han convertido en su aliado en la planificación de estrategias electorales para conectar con cada uno de los grupos en que puede dividirse el padrón de electores.
Los criterios de segmentación son variados, pero de manera general, y para objetivos políticos, podemos apuntar 3:
• Demográficos: edad, sexto, clase social, estado civil, escolaridad.
• Psicográficos: estilo de vida, personalidad, actitudes, intereses y opiniones.
• Psicopatológicos: trastornos de personalidad que llevan al elector a comportarse de cierta manera como obsesivos o paranoicos.
Estos datos permitirán al candidato, partido o gobierno trazar mejores estrategias de comunicación y personalizar los mensajes para que cada microsegmento se sienta identificado con ellos.
Por ejemplo, no es lo mismo hacer un mensaje para mujeres de cierto país que hacerlo para mujeres de 18 a 25 años, cursando la universidad cuya motivación es encontrar empleo después de sus estudios. O bien, para mujeres, madres solteras, trabajadoras, que necesitan programas de educación/cuidado para sus hijos que se extiendan hasta el final de su jornada laboral.
Ya lo dijo Julio César “divide y vencerás”, y de eso se trata la microsegmentación, de encontrar en cada nicho las motivaciones de sus decisiones y llegar hasta ellos de la manera correcta. Además, hay que recordar que el voto se define por emociones y sentimientos que muchas veces están alejados del razonamiento, ahí es donde la microsegmentación acompañada de una buena estrategia de comunicación encuentra la oportunidad ideal para persuadirlo a favor de nuestro candidato.
Saber qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo con cada uno de los electores es la cereza del pastel en este tema, pues es de esta manera que ganamos su confianza y creamos la empatía que necesitamos para mantener el diálogo permanente.
En la actualidad las redes sociales han facilitado y automatizado la microsegmentación en campañas digitales. Plataformas como Facebook o Google brindan el servicio de promoción en el que podemos determinar las características demográficas de quienes verán nuestros anuncios, sin embargo, hay que tomar en cuenta que serán usuarios que vean un mensaje que nunca pidieron y de un remitente que puede que desconozcan.
Entonces, el siguiente paso que debe acompañar a la microsegmentación es que sean los mismos microtargets los que quieran iniciar el diálogo con nosotros porque tenemos información que les resulta relevante, es decir, no se trata de construir mensajes unidireccionales para ser solo recibidos, sino que los mensajes generen una interacción con el público.
Pocas herramientas digitales brindan la intimidad que actualmente se necesita para ganar la confianza y fidelizar los microsegmentos, WappTalk.com es una de ellas. Utilizando el WhatsApp como el canal de comunicación, este sistema que combina la neurociencia con el marketing político utiliza la tecnología para acercase de manera masiva a su público, pero al mismo tiempo dando seguimiento a uno por uno. Definitivamente lleva la miscrosegmentación al siguiente nivel.
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